Introducción:
Cuando Isaías
escribió estas palabras el pueblo de Dios se encontraba cautivo en Babilonia.
Su ciudad estaba prácticamente destruida y sólo quedó desorden, ruinas y
desorganización. Muchos hombres y mujeres murieron; esposos tuvieron que ver
como sus esposas eran violadas; otros como sus hijos eran arrancados de sus
brazos, etc. El pueblo estaba respirando un aire de derrota; miraban sus
aspiraciones rotas: sus sueños fueron eliminados, su energía desgastada y su
futuro su futuro se veía oscuro. Fue en esta atmósfera que el salmista escribió
el salmo 137, en el cual se describe el desconsuelo del pueblo en el
cautiverio. Es en medio de esta situación de desconsuelo y desesperanza que Dios
le dice a su pueblo que no tienen por que temer porque El es más grande que sus
circunstancias; El es más grande que sus enemigos; El es más grande Que sus
temores.
Idea sermónica: En este pasaje Dios nos presenta cuatro razones por las cuales su pueblo no
debe temer. ¿Por qué el pueblo de Dios no debe temer?
I. Porque somos
hechura especial de Dios (v.1)
La palabra
“formador” que aparece en el versículo 1, es traducida en la Biblia de
Jerusalén como “plasmador”.La palabra que se usa aquí es la misma que se usa en
Gen. 2:7, donde dice que Dios “formó al hombre del polvo de la tierra” El salmo
139:13-16, también nos presenta una hermosa descripción de la actividad y
cuidado de Dios en nuestra creación El creyente no debe temer porque él no es
un accidente de la naturaleza, ni llegó a este mundo por error.
Independientemente de lo que creamos, hemos salido de las manos de un Dios
sabio, que nos ha creado con un propósito: “para que seamos para alabanza de su
gracia”, o como dice el Catecismo menor de la confesión de fe W.M. “glorificar
a Dios y disfrutar de EL eternamente” Hay una segunda razón por la que el
creyente no debe temer:
II. Porque Dios
ha prometido estar presente en medio de los mayores peligros y dificultades (v.2)
No importa que
tan grande sea la situación por la cual tú estés pasando:
- Que tu hogar se esté haciendo pedazos
- Que tu matrimonio esté pasando por dificultades
- Que tengas un ser querido en el lecho de muerte
- Que sientas que nadie te comprende
- Que tu situación económica se venga abajo
- No importa cuan amarga o difícil sea nuestra situación, Dios ha dicho que no nos ahogará y que el fuego no nos quemará. Pero también hay otra razón por la que el creyente no debe temer:
III. Porque
somos objetos de su amor especial (v.4)
Una de las
declaraciones mas hermosas del amor se encuentra en Cantares 8:7 “Las muchas
aguas no podrán apagar el amor ni lo ahogaran los ríos”. Pero una de las mas
impresionante se encuentra en Óseas 11 donde se describe el inmutable amor de
Dios hacia su pueblo obstinado. Siendo, pues, nosotros objetos de tal amor no
hay razón para temer. Consideremos, en último lugar, otra razón por la que el
creyente no debe temer.
IV. Porque
Dios quitara todo obstáculo que impida que su pueblo alcance lo que El ha
prometido (v.9)
Luego de
recordar a su pueblo los milagros que hizo en el pasado para llevarle a la
tierra prometida, Dios promete convertir el desierto en un oasis. No importa
que tan árido parezca nuestro desierto, podemos tener la seguridad de que Dios,
a su tiempo, lo convertirá en un oasis. No hay obstáculos, por grande que
parezca, que pueda impedir que el pueblo de Dios alcance la realización a la
cual El los ha llamado.
0 comentarios:
Publicar un comentario