La vida cristiana es una llena de alegrías y desafíos, desafíos para el corazón y para la mente, es donde la fe es puesta a prueba a medida que vamos creciendo, muchas veces las pruebas parecerán insoportables, pero Dios no nos dará una prueba que no seamos capaces de soportar.
Ademas de todo esto es una vida de trabajo en la obra del Señor, así como le dedicamos tiempo a las cosas de este mundo, familia, trabajo, dinero, salud, etc. También le damos un lugar especial a la obra del Señor para la cual hemos sido llamados, usando los talentos, las habilidades y las oportunidades que Dios nos ofrece, para la gloria de su nombre.
"Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano" (I Co 15:58).
"Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5:16).
Nunca sera suficiente ni demasiado para el cristiano, para el hijo de Dios que tiene un fuego ardiendo en su corazón por Dios y por su obra, cuando se trate de mejorar, de cambiar o de obrar y servir. Si por alguna razón el cristiano cae, se levanta con los ojos al cielo arrepentido, buscando el perdón de su Padre el cual esta asegurado por medio de Cristo Jesús, no se detiene ni vuelve atrás, sigue avanzando por los caminos de la fe, hasta el final de sus días.
"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).
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