D. En cuanto a la sabiduría de Dios y el método de impartirla (2:6-16)
- (v.6) Pablo ha estado negando que su mensaje provenía de la sabiduría humana, ahora profesa que la sabiduría que ha venido hablando era de acuerdo a la sabiduría de los que habían alcanzado madurez. Los MADUROS son aquellos que han progresado mas allá de la posición de principiantes de la vida cristiana a una esfera mas alta, los que entienden sus obligaciones, privilegios y bendiciones. Pablo admitía que tenían conocimiento (1:5), apela a sus contenciones (3:1), como una prueba de que todavía eran niños en Cristo y por lo tanto incapaces para recibir el alimento solido (He 5:14, Jn 16:12). Lo que el mundo llama sabiduría en realidad es locura para Dios y sus siervos.
- (v.7) El EVANGELIO es la sabiduría de Dios para la salvación de los hombres. Esta fue prevista desde antes de la creación del mundo. Un MISTERIO no era algo que no pudiera ser explicado, sino algo no revelado y desconocido, cuando Jesucristo vino este misterio fue revelado.
- (v.8) Si las autoridades tanto judías como romanas lo hubieran conocido y entendido este misterio, no hubieran cometido tal horrible obra.
- (v.9) Las cosas de las cuales se hablan que “ojo no vio ni que oído oyó”, eran las grandes bendiciones de salvación a través de Jesucristo. Antes de que él viniera, ningún ser humano por sabiduría de este mundo, tuvo concepción alguna de lo que estas bendiciones podrían ser; pero ahora son reveladas a nosotros en el N.T, y ya no son mas misterio, sino asuntos de revelación bien clara.
- (v.10-11) “nos las revelo a nosotros”. El Espíritu que habitaba con Dios y conocía su mente, vino a los apóstoles, habitó en ellos, y les reveló la voluntad de Dios. “El ESPIRITU todo lo escudriña” el Espíritu de Dios conocía las cosas profundas y ocultas, y las dio a conocer a los apóstoles; y ellos, a través de sus escritos, las han dado a conocer a nosotros. (v.11) Ningún hombre conoce las cosas que están en el hombre sino el espíritu que está morando en él, el cual ocupa todo su ser y conoce todos los secretos y decisiones del corazón, alma y cuerpo. El Espíritu Santo es el único que conoce la mente y propósitos de Dios y escudriña las cosas profundas de El, así como ningún otro sino el espíritu del hombre que está en él conoce las cosas del hombre mismo.
- (v.12) “y NOSOTROS no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”. El Espíritu fue dado a los apóstoles para que pudieran conocer la mente o la voluntad de Dios, sus propósitos y todas las bendiciones que gratuitamente ha dado a los hombres.
- (v.13) “Lo cual también hablamos” Las cosas que ellos recibieron del Espíritu fueron las que ellos hablaron al mundo, esta es la forma por la cual otros aprenden estas verdades, y lo hicieron “no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu”. La salvación del hombre ha sido originada en Dios. A la sabiduría del hombre no se le permitió proveer palabras por medio de las cuales la mente de Dios fuera comunicada. El Espíritu enseño estas cosas en palabras, y así las revelo a los apóstoles quienes hablaron estas mismas palabras. Así el Espíritu los guió a toda la verdad (Jn 16:13).
- (v.14) “pero el hombre natural no capta las cosas que son del Espíritu de Dios”. El hombre natural es aquel que nunca oyó la voluntad de Dios. No porque no tuviera la capacidad para hacerlo sino porque su respuesta al mensaje oído fue de rechazo “para el son locura”. No PERSIBE gr. Decomai = tomar con la mano, recibir, acoger. No comprende el mensaje o enseñanzas espirituales de Dios, POR QUE “se han de discernir (gr. Anakrino = examinar, investigar) espiritualmente”, el HOMBRE NATURAL es uno que razona en base a sus pensamientos humanos, carnales en vez de reconocer su necesidad de la revelación divina para conocer la sabiduría divina.
- (v.15) “En cambio el [hombre] ESPIRITUAL” Es uno que basa sus pensamientos y su vida en la revelación del Espíritu Santo en vez de sus propios razonamientos o los del otro hombre, en contraste con el hombre natural, el hombre espiritual acepta la revelación de la sabiduría divina. “Juzga” gr. Anakrino (v.14) en el sentido de reconocer su valor su veracidad o la falta de estas cualidades. “Todas las cosas” tanto las espirituales como las naturales. Este juicio no se basa en sus propia sabiduría (así juzga el hombre natural) sino en base a la Palabra de Dios que el Espíritu Santo nos ha revelado en la Palabra de Dios (Pr 14:12). “pero el no es juzgado de nadie” el hombre natural lo juzga pero no debe. Según este hombre, Pablo, por ejemplo es insensato, debil y despreciado (I Co 4:10), pero en realidad este texto insiste que el hombre natural no tiene base adecuada para juzgarlo. La única base ara juzgar es el evangelio (Ro 2:16) y Dios (I Co 4:3-5).
- “Porque” Pablo da aquí la explicación a la declaración anterior: NADIE conoció la mente del Señor, por esfuerzo propio o independiente de la revelación que el da. No obstante, NOSOTROS (los apóstoles) tenemos la mente de Cristo. Por tanto nadie nos puede juzgar. “¿Quién le instruirá?” Ningún hombre tiene el conocimiento que Dios tiene (Is 40:13). Aunque “NOSOTROS” se refiere a los hombres inspirados por el Espíritu Santo, nosotros hoy día también tenemos la misma mente del Señor en las Escrituras inspiradas escritas por estos mismos hombres por la revelación y bajo la inspiración del Espíritu Santo.
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