Introducción:
A. El significado de la palabra hermenéutica. La palabra hermenéutica significa el arte o ciencia de interpretar textos. Viene del verbo HERMENEUO, que significa interpretar. (Se ha sugerido también que este verbo viene del nombre "Hermes", el supuesto mensajero de los dioses, llamado Mercurio por los romanos, Hch 14:12).Cuando damos una definición a las palabras que oímos o leemos, estamos interpretándolas. Cuando preguntamos ¿qué quiere decir esto o aquello? estamos tratando de interpretar el significado de algo. Cualquier forma de expresión o comunicación (palabras, gestos, escritos) tiene que ser interpretada. No estamos conscientes del proceso. No estamos pensando, "Yo estoy interpretando lo que me dijo", pero en realidad es lo que estamos haciendo. Al hacerlo usamos el sentido común para entender a las personas con quienes nos comunicamos.
1.
Uno de
los procesos más básicos de interpretar es preguntar ¿qué?, ¿dónde?,
¿cuándo?, ¿cómo?, ¿por qué? y ¿quién? La Biblia dice, "Piel por piel,
todo lo que el hombre tiene dará por su vida" (Job 2:4), pero ¿quién lo
dijo? Es el lenguaje de Satanás.
2.
También
debemos usar el "sentido común" al estudiar para interpretar la
Biblia; es decir, debemos usar los mismos medios de interpretación que usamos
para entender una conversación, o para entender otros libros y documentos,
porque la Biblia no es un libro místico o misterioso. No es un libro de mitología
y leyendas, sino un mensaje comprensible escrito por Dios y enviado al hombre.
B.
Nehemías
8:8, 12 nos da una definición excelente de la interpretación (la hermenéutica).
El mismo gozo se ve en Hechos 8:39. El eunuco leía la Biblia con su
conocimiento limitado, y estaba dispuesto a aprender. Tenía corazón "bueno
y recto" (Lc 8:15), que es el primer requisito para poder entender la
palabra de Dios, pero no entendía que la profecía de Isaías 53 se había
cumplido. Felipe le predicó a Cristo, interpretando la profecía, y el eunuco
fue bautizado y "siguió gozoso su camino".
C.
La
hermenéutica es, pues, el conjunto de los principios de la interpretación.
D.
La
exégesis. Es la aplicación
de estos principios, que simplemente significa "explicación". La
exégesis empleada por las iglesias humanas es dogmática, es decir, se
basa en sus credos (sistemas de doctrina) ya aceptados. La exégesis verdadera
se basa en el significado de palabras, la gramática, el contexto inmediato y
remoto, etc. La exégesis verdadera permite que la Biblia se explique sola, porque
términos bíblicos no resultan en nombres y definiciones sectarias sino
bíblicas. Por ejemplo:
1.
Gracia. Definición
incorrecta: la imputación de la justicia personal de Jesús al creyente. Definición
bíblica: el favor de Dios demostrado al proveer la salvación a través de
Jesucristo (Ti 2:11-14). La Biblia no dice nada acerca de "gracia
irresistible".
2.
Justificación.
Uso incorrecto: que el creyente se justifica (se salva) en el momento de creer,
y muchos (como los bautistas) dicen que una vez salvo no puede caer. Uso
correcto: el creyente se justifica al obedecer al evangelio, cuando es
restaurado (después de tropezar) y cuando hace buenas obras (Ro 3:4; 6:4-7; Stg
2:24), etc.
3.
Bautismo.
Significado incorrecto: la aspersión, aun de infantes. Significado bíblico: la
inmersión en agua del penitente creyente (Mt 3:16; Hch 8:37-39; Ro 6:3,
4).
4.
Elegidos.
Significado incorrecto: los que arbitrariamente fueron escogidos antes de la
fundación del mundo. Significado bíblico: los que son llamados por el evangelio
(I Tes 1:14; II Tes 2:14).
5.
Confesión.
Concepto sectario: que "Dios por Cristo me perdonó los pecados";
confesar a Cristo "como mi Salvador personal". Confesión bíblica:
"creo que Jesucristo es el Hijo de Dios" (Hch 8:37).
6.
Cena del
Señor (I Co 11:20). Designaciones incorrectas: la eucaristía, el sacramento,
los emblemas o elementos. Designaciones bíblicas: el partimiento del pan (Hch
2:42; 20:7), beber el fruto de la vid (Mt 26:29), la comunión (participación)
del cuerpo y sangre de Cristo (I Co 10:16) o la mesa del Señor (I Co 10:21).
7.
Predicadores.
Designaciones incorrectas: pastores, reverendos, padres. Designaciones
bíblicas: evangelistas (I Ti 4:5) o ministros de Cristo (I Ti 4:6) o del
evangelio (Ro 15:16; Col 1:23).
E.
La
necesidad de la hermenéutica. El
estudio de la hermenéutica es de suma importancia, porque se refiere
al proceso de llegar al conocimiento pleno de la voluntad de Dios. Tenemos
la Biblia traducida en nuestro propio idioma, pero hay mucho que estudiar. Hemos
sido creados a la imagen de Dios (Gen 1:27) por eso, el hombre puede pensar,
razonar y entender (Mt 13:15).
1.
Los
escritores del Nuevo Testamento interpretaron algunas de las palabras que
desconocemos: Mt 1:23; Mc 5:45; 15:22, 34; Hch 4:36; 9:36; 13:8, etc. Sin
embargo, a veces se refieren a costumbres sociales, sistemas de
gobierno, medidas y pesos, clases de dinero, etc. que desconocemos y, por
lo tanto, tenemos que hacer un estudio cuidadoso de tales cosas. Los diccionarios
bíblicos y enciclopedias religiosas nos ayudan en esto.
2.
El orden
de los libros bíblicos no es siempre cronológico. Por ejemplo, los libros
proféticos fueron escritos durante el tiempo de los reyes; es necesario
acomodarlos a sus respectivos períodos. También los salmos fueron escritos durante
varias épocas en la historia de Israel. Las epístolas del Nuevo Testamento
deben estudiarse teniendo presente cuándo y dónde fueron escritas según la
historia de los Hechos.
3.
La
Biblia contiene mucho lenguaje figurado y modismos, y la gramática no es
siempre igual a la de nuestro idioma.
F.
Es
necesario estudiar y entender la Biblia:
1.
Porque
es necesario aprender la voluntad de Dios (Ro 1:16-18). Algunos suponen que la
Biblia es tan sencilla y clara que no se necesita la interpretación, pero
recuérdese que muchos textos dicen que Cristo y otros interpretaron las Escrituras.
La palabra de Dios es inspirada, pero la interpretación ahora no es
inspirada. No hay profetas y apóstoles sobre la tierra que puedan con
inspiración explicar el Texto Sagrado. Todos tenemos que estudiarlo.
2.
Para
poder hacer uso correcto de la Palabra (II Ti 2:15). La Biblia
de las Américas dice, "maneja con precisión la palabra de
verdad". La Versión moderna dice, "manejando acertadamente
la palabra de la verdad". La Versión hispanoamericana dice,
"que expone bien la palabra de verdad" (en el margen dice, "o,
define, maneja, o, despensa).
3.
Para
tener fe salvadora (Jn 3:16; 20:30, 31; Mc 16:16). No podemos ser salvos e ir
al cielo sin entender y creer la voluntad de Dios. Jesús dice (Mt 7:21; 12:50)
que tenemos que hacer la voluntad de Dios, y esto requiere el entendimiento y
una fe activa (obediente).
4.
Para
crecer espiritualmente (I Co 3:1-3; I Pe 2:2; He 5:11-4).
5.
Para ser
instruido, reprendido, corregido (II Ti 3:16-17), y aprobado por Dios (II Ti
2:15).
G.
Podemos
entender las Escrituras. Gracias a Dios por esta bendición. Muchos textos
nos convencen que podemos y debemos entender las Escrituras.
1.
Juan
5:39 (¿por qué escudriñar las Escrituras si no las podemos entender?).
2.
Hch
17:11 (¿qué había de nobleza en escudriñar las Escrituras si éstas no se pueden
entender?).
3.
Efes.
3:3, 4 (leyendo, podéis entender)
4.
I Tes
5:27 (¿por qué leerla a la iglesia si no se puede entender?)
5.
El clero
romano dice orgullosamente que solamente ellos tienen el derecho de interpretar
las Escrituras, pero los que siguen a estos intérpretes son ciegos que siguen a
ciegos (Mt 15:14).
H.
Una
herramienta importante para entender la Biblia es la educación básica, es
decir, la capacidad para leer y entender lo que se lee, o la capacidad de
entender lo que se oye. Dios no usa lenguaje técnico para comunicarnos su
divina voluntad, sino palabras comunes, palabras que todos pueden entender.
Pero se requiere el estudio. Pablo tenía libros de estudio (II Ti 4:13, 21), y
nos conviene conseguir los libros necesarios (diccionario, diccionario bíblico,
concordancia, comentarios, etcétera). Para poder interpretar las
Escrituras correctamente es necesario estudiar, pensar, meditar, y razonar.
I.
No se
debe torcer las Escrituras sino interpretarlas. Todo el mundo afirma que
"Así dice la Biblia" al afirmar su propia doctrina.
1.
Hoy en
día muchos hombres hacen lo mismo que los profetas falsos de la antigüedad
cuando anunciaban, "Así dice Jehová", pero proclamaban y practicaban
cosas "que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento" (Jer
19:5).
2.
Satanás
no quiere que las Escrituras se interpreten correctamente (Mt 4:6-7).
3.
Muchos
religiosos no interpretan las Escrituras, sino que las tuercen (II Pe 3:16, II
Co 2:17, II Co 4:2). Tuercen los textos sobre la Deidad de Cristo, otros
tuercen 1 Co 15:29 para hablar sobre el bautismo por los muertos, otros tuercen
varios textos que hablan del Espíritu Santo, etc.
4.
Diariamente
Jesús citaba las Escrituras para explicarlas a sus discípulos, razonando y disputando
con los fariseos y saduceos con respecto al significado verdadero de
pasajes del Antiguo Testamento. De esta manera nos dejó un ejemplo perfecto de
cómo interpretar correctamente ("usar bien") las Escrituras.
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