¡MAS MIEDO MAYOR VICTORIA!
Por: Juan Abanto
INTRODUCCIÓN:
A.
¿Has sentido miedo alguna vez?
1.
Déjenme decirles que sentir miedo es natural. Es tan
natural que hemos sido diseñados con un sistema de preservación o de
supervivencia, el cual entra en actividad cuando estamos frente a alguna
situación que nos vaya a causar algún perjuicio o que nos ponga en peligro.
2.
Desde una perspectiva científica: El miedo se encarga en muchas
ocasiones de hacernos conscientes de los peligros externos que nos pueden
amenazar, y nuestro organismo los interpreta de la siguiente forma:
Primero
los sentidos captan el foco de peligro, pasando a ser interpretado por el cerebro,
y de ahí pasa a la acción el sistema límbico. Este se encarga de regular las
emociones de lucha, huida, y, ante todo, la conservación del individuo. Además
de todo esto, también se encarga de la constante revisión de la información
dada por los sentidos, incluso cuando dormimos, para poder alertarnos en caso
de peligro.
Cuando
esto ocurre, se activa la amígdala, que se encarga de desencadenar todo el
sistema del miedo, y entonces nuestro cuerpo pasa a sufrir las siguientes
reacciones:
§
Aumento
de la presión arterial
§
Aumento
de la velocidad en el metabolismo
§
Aumento
de la glucosa en sangre
§
Detención
de las funciones no esenciales
§
Aumento
de adrenalina
§
Aumento
de la tensión muscular
§
Apertura
de ojos y dilatación de pupilas
B.
La Palabra de Dios nos dice en Hebreos 3:4 “Porque
toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios”. Este texto
nos revela que Dios es el creador de todas las cosas, y podríamos decir, por lo
tanto, que el responsable de este increíble sistema de defensa es Dios, Él ha
puesto en nosotros “tal” sistema para cuidarnos y auto preservarnos.
1.
Así que cuando ponemos atención a nuestro sistema de
supervivencia, el que el miedo es el reflejo automático de que este sistema
esta activo, razonablemente tomamos las medidas necesarias para tomar las
precauciones del caso.
2.
Pero es importante reconocer también que puede haber
miedos irracionales, estos son los miedos alimentados por la ignorancia o por
el desconocimiento.
C.
Me gustaría que pasemos el poco de tiempo que nos queda
reflexionando en lo que considero yo el mas grande de los miedos, me refiero al
miedo a la muerte, y si mis hermanos, el miedo a la muerte también es natural.
Javier Reverte, viajero, periodista y escritor
español escribió: “Todos tenemos miedo, incluso los que presumen de valientes.
Nacemos con miedo a la vida y nos morimos con miedo a la muerte”.
“Sabemos de la
muerte, la conocemos, y, sin embargo, cuando llega nos deja siempre
estupefactos”. David Foenkinos, Novela Los recuerdos" (2011).
EL SEÑOR CONOCE
TODOS NUESTROS MIEDOS
A.
Ahora me gustaría que me acompañen con la lectura de un
texto que será nuestro texto clave en toda esta disertación, me refiero a Hebreos 2:14-15: “Así que, por cuanto los hijos participaron
de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de
la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y
librar a todos los que por el
temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.
B.
Escribiendo
sobre Antonio Machado, el responsable de “caminante no hay camino, se hace
camino al andar” (Proverbios y Cantares XXIX, Campos de Castilla) dijo lo
siguiente la señora María Jesús Pérez Ortiz (Filóloga, Catedrática, Escritora):
“Un poeta que sintiera el carácter efímero del tiempo y su poder destructor,
por consecuencia lógica, la muerte constituyó motivo de constante
preocupación”.
1. Una de las frases más
representativas de Machado sobre el tema de la muerte es que “La muerte es algo
que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la
muerte es, nosotros no somos”.
2. En su epitafio esta esta
inscripción, la cual es una porción de uno de sus poemas: “Y cuando llegue
el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me
encontraréis a bordo, ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la
mar”.
C.
No
quiero que me malentiendan, soy un predicador del evangelio, no pretendo que
esto se convierta en una clase de literatura o poesía moderna.
1.
Pero
es evidente que el ser humano no es indiferente a la realidad de la muerte y el
miedo que esta le causa.
2.
Así
que el tanto el individuo común, el poeta como el mercader, el científico como
el educador, el artista como el albañil, el doctor como el mecánico; todos los
seres humanos exhibimos nuestro miedo a la muerte de alguna u otra manera, y
saben que ¡DIOS LO SABE!
3.
Consideremos algunos pasajes de las escrituras:
a.
Sal
116:15 “Estimada es a los ojos de Jehová, la muerte de sus santos”.
b.
Mat
22:31-32 “Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo
que os fue dicho por Dios, cuando dijo: 32 Yo soy el Dios de Abraham, ¿el Dios
de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”.
c.
Heb 9:27 “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran
una sola vez, y después de esto el juicio”.
NUESTROS MIEDOS
PUEDEN SER ESCLAVIZADORES
A.
Permítame compartir con ustedes las palabras de una mujer
llamada Mercedes:
“Yo vivo eternamente con miedo. He
aprendido mucho en este curso de autoestima, pero no creo que pueda superar el
miedo a ponerme en bañador o a enseñar mis piernas. Lamentablemente, en mi
búsqueda desesperada de la perfección y el miedo al rechazo continuo, me he
hecho 4 liposucciones en las piernas, ahora puedo decir [que cada una ha sido
peor que la anterior]. Ahora están tan feas que sé que nunca nadie podrá
mirarme con ojos de deseo. Ese es mi miedo, miedo a enseñar mis piernas.
He
aprendido mucho en estos 40 días y sé que tengo que seguir trabajando, ya que
ese miedo y el último rechazo del último chico, me ha hecho caer en una
profunda depresión.
Ese
miedo que tengo es porque sigo pensando que tengo que ser “normal” o “más que
normal”.
Gracias
[al programa de autoestima] a
los 40 días de mi atutoestima.com, a pesar de no conseguir superar ese
miedo, ahora puedo valorarme en otros aspectos mucho más importantes y de los
que había perdido la perspectiva.
Ya
sé, que mis piernas nunca serán bonitas, pero también sé, que no por ello nadie
debería desmerecerme. Evidentemente no puedo cambiarles sus valores de
tolerancia. Por tanto, asumo mi soledad, soy responsable de mis decisiones y
empezaré a vivir una vida con otros objetivos, dónde sólo estaré yo. Esta
parte, aunque me produce un poco de pena, también me da tranquilidad, la
tranquilidad de saber que nunca más tendré que pensar en agradar a nadie y que
haré cosas que me gustan sólo a mí.
B.
Ahora me gustaría que volvamos a nuestro texto clave Hebreos 2:14-15: “Así que, por cuanto los hijos participaron
de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de
la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y
librar a todos los que por el
temor de la muerte estaban
durante toda la vida sujetos a servidumbre”.
C.
El miedo a la muerte lo tiene a uno esclavizado. (RVC) “y
de esa manera librara a todos los que, por temor a la muerte, toda su vida habían estado sometidos a esclavitud”.
PODEMOS SER LIBRES
DE NUESTROS MIEDOS EN CRISTO
A. No podemos escapar a la realidad.
UNA VIEJA LEYENDA CUENTA que un mercader de Bagdad envió un día a su criado al
mercado. En muy poco tiempo el criado volvió, pálido y temblando; y muy agitado
le dijo a su patrón: “En el mercado me tiró del brazo una mujer de la
multitud, y cuando me di la vuelta vi que era la muerte que me había tirado del
brazo. Me miró, e hizo un gesto amenazador. Amo, por favor, préstame tu
caballo, porque debo apresurarme para evitarla. Huiré a Samarra y allí me
esconderé, y la muerte no me encontrará”.
El
comerciante le prestó su caballo, y el criado se alejó galopando a toda prisa.
Más tarde el mercader fue al mercado y vio a la muerte entre la multitud. Se
acercó y le preguntó: “¿Por qué asustaste a mi criado esta mañana? ¿Por qué le
hiciste un gesto amenazador?” “Eso no fue un gesto amenazador,” dijo la
muerte. “Fue sólo el inicio de la sorpresa. Me sorprendió verlo aquí en
Bagdad, porque tengo una cita para encontrarme con él esta noche en Samarra.”
B. Debemos ser honestos en cuanto a
nuestra situación. “El miedo a la muerte se debe al miedo a la vida. Un
hombre que vive plenamente está preparado para morir en cualquier momento” (Mark
Twain)
C. Ahora
me gustaría que volvamos a nuestro texto clave en Hebreos 2:14-15: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él
también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que
tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar
a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos
a servidumbre”.
1.
Rom 14:7-9 “Porque ninguno de nosotros
vive para sí,
y ninguno muere para sí. 8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor
morimos. Así pues, sea que vivamos, o
que muramos, del Señor somos. 9 Porque
Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para
ser Señor así de los muertos como de los que viven”.
2.
Efe 2:1ss “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en
vuestros delitos y pecados…”.
3.
Col 2:12-13 “sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis
también resucitados con él,
mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en
pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida
juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados”.
CONCLUSIÓN:
A.
Ap
14:13 “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe:
Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el
Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán
de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”.
B.
Recuerda por favor que Dios conoce todos nuestros miedos
(no estamos solos), nuestros miedos nos pueden esclavizar (impidiéndonos vivir
disfrutando de las todas las bendiciones espirituales y físicas), pero la única
manera de liberarnos de ellos es por medio de Jesucristo (solos no lo podemos
lograr, el Señor esta a nuestra disposición para traernos paz y vida eterna).
C.
Quiero extenderte en esta mañana una invitación especial
para acercarte a Jesucristo, con todas tus cargas. Ya sea que te hayas
convertido o no, todos tenemos una constate necesidad de perdón, de paz y amor.
El señor Jesucristo nos quiere dar todas estas cosas en abundancia.
D.
HAY
UNA LÍNEA del Talmud judío que dice así: “El hombre nace con sus manos
apretadas; muere con ellas abiertas de par en par. Al entrar en la vida, desea
agarrarlo todo; al dejar el mundo, todo lo que ha poseído se le ha ido”. Yo
añadiría, que, aunque nuestras posesiones materiales se hayan ido, nos vamos
con las manos abiertas para tomar de las abundantes riquezas reservadas por el
Señor para todos los que le aman.