I. La autenticidad de la carta
A. La
autenticidad de II Pedro carece de evidencia externa más que cualquier otra
carta del Nuevo Testamento.
1. En el principio no era aceptada generalmente
como canónica. Muchos de los llamados
"Padres Apostólicos" (los religiosos primitivos que escribían y
comentaban sobre las Escrituras inspiradas) no citaron directamente de II
Pedro, aunque sí hay en los escritos entre algunos de ellos citas muy
parecidas a textos en dicha carta.
2. II Pedro era parte de la colección de libros
llamada la antilegómena (palabra griega compuesta
de "contra" y "decir"; o sea, libros
"disputados"). Los
otros libros de esta colección eran Hebreos, Santiago, 1 y 2 de Juan, Judas, y
Apocalipsis). No eran libros rechazados, sino puestos en dudas. Esta colección de libros no ha de ser
confundida con la de los "espurios", libros que nunca llegaron a ser
considerados como canónicos. Los manuscritos más antiguos sí contienen los
libros mencionados arriba (la antilegómena); son el Sinaítico (350), el
Vaticano (325-350) y el Alejandrino (450). El concilio de Laodicea (año 366),
el de Hipona (393) y el de Cartago (397) incluyeron a II Pedro en el canon de
las Escrituras Sagradas.
B. La
evidencia interna de su autenticidad es de peso.
1.
Pedro reclama ser el autor, y se expresa en el
v.1 en una manera en que ningún autor falso lo haría.
2.
Dice en 3:1 que ya había escrito a los mismos
lectores a quienes se dirigió I Pedro.
3.
En 1:14-15 se identifica con el Pedro de Jn 21:18-19.
4.
Se incluye con los demás apóstoles como testigo
ocular de la transfiguración (1:16-17).
5.
Los dos libros tocan temas iguales: la segunda
venida de Cristo (I Pe 4:5, II Pe 3:10), la inspiración de los profetas (I Pe
1:10-11; II Pe 1:20-21), y el evitar la mundanalidad (I Pe 1:22; II Pe
1:4). En las dos cartas se encuentra la
palabra griega rara traducida "virtud" (o excelencia). La referencia
a "nuestro amado hermano Pablo" corresponde a lo que diría el apóstol
Pedro, mientras que un autor falso de tiempo más tarde se habría expresado, refiriéndose
a Pablo con títulos eclesiásticos comunes de la época (por ejemplo, "San
Pablo").
C. No
hay nada de herejía en este libro, ni ninguna enseñanza que contradiga las
verdades de los demás libros del Nuevo Testamento. Los libros apócrifos siempre
llevan mucho detalle biográfico que obviamente son de la imaginación. No hay
nada de esto en este libro.
II. El autor de la epístola
A. Simeón
Pedro reclama ser su autor (1:1). Orígenes (185-254) dice que Pedro dejó una
epístola y que se admita que también otra.
Jerónimo (347-420), traductor de la Versión Vulgata, dice que Pedro
escribió dos epístolas. Las referencias en esta epístola a la vida del autor
concuerdan con el apóstol Pedro. El autor conocía a Pablo personalmente y se
consideraba como igual a él.
B. Si
Pedro es el autor de II Pedro, entonces la autenticidad de la carta es
innegable.
III. A quienes la escribió
A. En
el principio de la carta no se nombran ningunos recipientes en particular,
pero II Pe 3:1 identifica los destinatarios como los mismos que se mencionan en
I Pe 1:1-2.
B. Probablemente
la segunda carta fue escrita desde Babilonia también (I Pe 5:13).
C. En
realidad no hay información exacta sobre el particular.
IV. El propósito de la carta
A. Como
la primera epístola de Pedro consolaba a los hermanos en grandes pruebas de la
fe, debido a la persecución, la segunda muestra que la falsa doctrina era un
peligro tan grande para su fe como la persecución.
B. La
segunda fue escrita para advertir en contra de los falsos maestros que ya
iban apareciendo, aunque el uso del tiempo futuro (2:1-3, habrá, introducirán,
seguirán, harán) indica que la manifestación plena de sus errores todavía no
había llegado.
C. La
falsa doctrina combatida en esta epístola apunta a lo que más tarde vino a ser
llamado el gnosticismo “Doctrina
filosófica y religiosa de los primeros siglos de la Iglesia, mezcla de la
cristiana con creencias judaicas y orientales, que se dividió en varias sectas
y pretendía tener un conocimiento intuitivo y misterioso de las cosas divinas.”
Este nombre se deriva de la palabra griega gnosis,
que quiere decir “conocimiento.” Los gnósticos reclamaban tener un conocimiento
superior a los demás. Usaban mal a Juan 17:3, reclamando que lo único
importante era el conocimiento, y según ellos este conocimiento era la
filosofía que abogaban. Su sistema era uno de intelectualidad y no de
moralidad. Según ellos, las expresiones del apóstol Pablo respecto a “libres de
la ley” quieren decir libres de toda restricción moral. La salvaguarda
contra el error es el conocimiento que ha sido dado en el evangelio. Los falsos maestros hablaban mucho acerca de
su "conocimiento" adquirido por intuición (por eso eran llamados
"gnósticos". En vista de esto, Pedro ahora escribe a los hermanos
para confirmarles en la fe del evangelio, el "pleno conocimiento" de
Jesucristo (1:2-3). Este es el tema principal. La palabra
"conocimiento" aparece un buen número de veces en esta carta.
D. Los
falsos maestros que describe Pedro eran libertinos, radicales, y burladores.
Negaban la deidad de Jesús y la humanidad de Cristo. Eran sensuales, negando
la realidad del pecado. Negaban la doctrina apostólica con referencia al fin
del mundo. (Los evolucionistas de hoy hacen el mismo argumento que hacían los
gnósticos, 3:4, llamándolo "el uniformitarianismo"). Abogaban por
ideas y prácticas que más tarde caracterizarían al gnosticismo. Estos eran
cristianos que habían bebido de la fuente de esa falsa filosofía. Habían sido bautizados en Cristo, pero luego abandonaron
la fe (comparemos II Pe 2:21-22, I Jn 2:18,19).
Pedro enfatiza que la destrucción de ellos es cierta, y exhorta a los
hermanos a no caer en el error de esos inicuos.
E. Pablo
trata el mismo problema en (Col 2:8, 16-23), y recuerda a los hermanos que en
Cristo uno es completo. Al cristiano no le falta ningún supuesto conocimiento
filosófico humano.
F. En
su finalidad esta carta nos recuerda mucho de las advertencias de Pablo en
tales pasajes como (Hch 20:29-31; Col 2:8; II Tes 2:3; I Ti 4:1-3; II Ti 3:1-4).
V. Tiempo de escritura
A. Alrededor
del 66 o 67 d. de J.C.
B. Pedro
ya era de grande edad cuando la escribió (II Pe 1:14; Jn 21:18-19).
C. Se
cree que Pedro fue muerto al fin del año 67, o a principios del 68, en el año decimotercero
de Nerón.
D. Si
no todas, la mayor parte de las cartas de Pablo ya habían sido escritas (3:15-16). Estas cartas fueron escritas entre el año 62
(I Tes) y el 66 (II Tim). Había pasado
suficiente tiempo para que fueran pervertidas algunas de dichas cartas.
E. Esta
epístola, mayormente en el capítulo 2, trata los mismos problemas tratados en
el libro de Judas, el cual fue escrito probablemente cerca del 65 d.C.
F. La
falsa filosofía del gnosticismo llegó a ser problema verdadero ya tarde en el
siglo primero.
G. Desde
luego es imposible fijar una fecha exacta.
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