Texto: Hechos 13:1-4
"Ahora, en la
iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón
llamado Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado con Herodes el
tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, el Espíritu Santo
dijo: "Ahora por separado a Bernabé ya Saulo para la obra a la cual los he
llamado." Entonces, habiendo ayunado y orado, y echaron mano a ellos, los
enviaron. Por lo tanto, siendo enviados por el Espíritu Santo,
descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre”.
Introducción
- Hay algunas iglesias que desafían lo mejor en nosotros. Son lo que la iglesia debe ser en todo lugar. Se componen de personas que han puesto primero el reino de su vida. Son impresionantes y llena de tantas buenas obras y programas. Su nombre es conocido en la comunidad por su defensa de la verdad, así como sus actos de bondad y benevolencia. Son lo que todos nosotros nos hubiera gustado ser. A veces nos llenamos de envidia, pero en el fondo sabemos que es lo que debe ser y realmente quieres ser.
- En la Biblia, tenemos una descripción de una de esas iglesias. Esta una que Lucas describe en la ciudad de Antioquía de Siria en Hechos 13. Que existía en una ciudad de aproximadamente medio millón de personas. Algunos han dicho que fue una de las pocas ciudades en las que había luces de la calle. Pero el tamaño de la ciudad o el hecho de que pueda haber tenido las luces de la calle no era lo importante para Lucas. Él estaba más preocupado por el grupo de los cristianos en esa ciudad.
- No sabemos nada acerca de su edificio, su tamaño o si incluso tenia una propiedad. Lo que sí sabemos es que eran importantes y que significó mucho para la iglesia del Señor en su conjunto. Ellos representan un desafío para el resto de nosotros para tratar de ser lo que eran, para llevar a cabo el tipo de cosas que fueron capaces de lograr. No sabemos lo grande que eran en número, pero sí sabemos lo que eran en su carácter. Podemos ver estas cosas por lo que se dice de ellos y de su actividad.
Esta iglesia refleja la gracia de Dios. Al echar un vistazo a
la lista de nombres en el versículo 1, se ve una muy amplia muestra de personas
de diversas procedencias. Que se predicó el evangelio que trajo todas
estas personas juntas en un solo cuerpo.
Esta iglesia también fue una que estaba ocupada en el servicio de Dios.
El versículo 2 dice que "Ministrando éstos al Señor, y ayunando."
Entre los muchos detalles que no sabemos, sí sabemos que una vez reunidos,
enseñaban a mucha gente (Hch 11:26), e hizo una contribución a los necesitados
durante una hambruna (Hch 11:27-29).
Además, se mostraron receptivos a la palabra de Dios. De los
versículos 2 y 3, nos enteramos de que esta gente se dio cuenta de que Dios
estaba hablando y recibido tal palabra - la palabra de Dios, ¡Actuaron en
consecuencia con la palabra de Dios! no hay dudas, solo había obediencia. Tal
obediencia no fue un accidente, sin embargo. Ellos fueron receptivos, ya
que tenía la actitud correcta hacia Dios.
Pero ellos también están dispuestos a hacer el trabajo de Dios. Esto
es evidente en los versos 3 y 4. Ellos sabían que había trabajo, así que se
envolvieron en el, y eso es lo que hace que sea vital e importante. Pablo
también lo sabía: "Así que, como sabéis que vuestro trabajo no es en vano
en el Señor" (I Co 15:58). Incluso se dio cuenta de Epafrodito lo
urgente que era su servicio a Dios, porque Pablo dice, "Porque por la obra
de Cristo estuvo cercano a la muerte, ni tuvo cuidado respecto a su vida para
suplir vuestra falta en mi servicio" (Fil 2:20). Este es un caso
donde la gente estaba dispuesta a enviar o ir. Que ayudaría con su
sustento material, o que estarían dispuestos a enviar hombres que podrían ir. Estaban
listos para toda buena obra.
Conclusión:
- Sí, estas personas son un verdadero desafío para nosotros en la iglesia de hoy. Ponen en entredicho lo mejor que está dentro de nosotros.
- Ellos nos hacen ver muy dentro de cada uno de nosotros y encontrar algo bueno y noble que ofrecer al servicio del Señor.
- Hermanos y amigos, no dejemos que nadie nos engañe ni desmayaremos: tu trabajo es importante y no pasa inadvertido.
- Nosotros, como los de la iglesia de Antioquía, fuimos salvados por la gracia de Dios como un regalo aceptado a través de nuestra obediencia a las enseñanzas de Dios.
- Vamos todos a luchar, no perdamos la esperanza y oremos para que al encontrarnos con los desafíos que tenemos ante nosotros, actuemos como lo hicieron nuestros hermanos en Antioquia y con éxito sigamos hacia adelante.
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