Otro factor positivo en la construcción de una iglesia es respetar el tiempo de la gente. Para la mayoría de nosotros el dinero no es nuestra principal preocupación, pero el tiempo. El tiempo es invaluable. Es tan precioso, de hecho, Dios nos ha dado un tiempo a la vez.
Es muy fácil desviarse en una negligencia cuando esta viene a los servicios de la iglesia.
Estoy convencido por muchos años de trabajo en la iglesia, estudio y observación que no solamente puede tener la iglesia un efectivo servicio de adoración en una hora, pero puedes tener uno más efectivo, conmovedor y reconfortante.
La clave está en la organización y en la facilitación. Es muy fácil desviarse en una negligencia cuando esta viene a los servicios de la iglesia. He observado que una reputación para empezar a tiempo y terminar a tiempo es un plus muy valioso para cualquier congregación.
En Madison, facilitar un servicio, planearlo y organizarlo no es un lujo, pero es una necesidad. Hemos duplicado los servicios de adoración a las 8 y 11 a.m., con escuelas dominicales duplicadas a las 9 y 10 a.m. Esto significa que no podemos prolongar un servicio con anuncios y comentarios innecesarios e inútiles.
Años atrás el príncipe de los predicadores, N. B. Hardeman, hizo una visita a Madison cuando él tenía 75 años. Una cosa que yo note fue la atención del hermano Hardeman en el tiempo. El trajo un maravilloso mensaje, pero siempre con 30 minutos. El servicio completo empezó a tiempo a las 7:30 p.m. y acabo a tiempo a las 8:30 p.m. Yo le pregunte al hermano Hardeman como podía ser que un hombre con 75 años podía sacar a multitudes noche tras noche, y su respuesta no la olvidare jamás. Él dijo que había aprendido dos cosas que nunca aprendió en el ministerio, callarse a tiempo y mantener tu mente activa y alerta. El hermano Hardeman observo estos dos puntos casi a la perfección. Él les dijo a los predicadores que entrenaba, que si ellos no podían hallar petróleo en 30 minutos, esto sería un pozo seco y aburrido de perforar.
Yo estuve sorprendido años atrás cuando leí la historia de un famoso expositor quien fue cuestionado acerca de en cuánto le tomaría preparar una exposición de cinco minutos y el respondió que le gustaría tener cinco meses. Tambien se le pregunto sobre cuanto le tomaría preparar una exposición de veinte minutos. El respondió que le gustaría tener un par de semanas. Y la tercera pregunta fue, “¿Cuánto tiempo necesitaría para preparar una exposición de una hora?”, él respondió, “estoy listo para hacerlo ahora mismo”.
Si alguien duda que a través del estudio y la organización una persona puede presentar un poderoso mensaje en un tiempo razonable, lee el Discurso de Gettysburg. En la Escuela de Posgrado en la Universidad Estatal de Luisiana, un candidato para el Grado de Ph.D en Discursos Públicos, algunas veces es cuestionado a nombrar las cinco más grandes exposiciones en Historia Americana y justificar su elección. Siempre es seguro nombrar el Discurso de Gettysburg. Dr. T. Harry Williams, el famoso erudito Lincoln, hizo este punto en una discusión en clase. “Tú puedes saber que Abraham Lincoln no tuvo un grado de Ph.D., porque si lo hubiera tenido, le hubiera tomado tres libros haber dicho lo que dijo en tan solo cinco minutos en el Discurso de Gettisburg”.
Sin embargo, tiene que ver con ser más que un hombre experto en el pulpito, quien sabe como organiar un sermón, para mantener el servicio a tiempo. Esto por supuesto es importante, como la mayoría de nosotros sabemos, que los sermones largos, en su mayor parte, retoman y repiten información, mostrando una falla en organizar, “la mente solo puede absorber lo que el asiento puede soportar”.
Otra cosa importante en facilitar un servicio es para el director de cantos, dirigir los cantos en lugar de hablar entre las canciones y las estrofas. Alguien observo que muchos directores de cantos son predicadores frustrados y ellos simplemente no pueden anunciar la canción y permitirnos disfrutar cantar. El tienen que predicar un sermón entre cada canción y decirnos que significan las palabras como si fuéramos niños de nivel inicial. Cuando el talentoso Charles Nelson nos dirige en los cantos en Madison, tenemos un acuerdo. Él dice, “ahora, Hermano North, los hermanos te han contratado para predicar a la congregación, y este es tu deber, y ellos me pidieron que yo dirija los cantos. Si tú te apegas a tu predicación, yo me apegare a cantar”. Esto ha funcionado maravillosamente.
Hay también pequeñas cosas que pueden facilitar el servicio. Si el predicador va a servir como maestro de ceremonias y mantiene todo en movimiento, es sorprendente cuan fácil es tener un efectivo servicio de adoración de una hora. Tú puedes cantar cinco o siete canciones en el servicio, tener la Cena del Señor, leer, orar, predicar, bautizar 10 personas, y todavía salir a tiempo si el servicio está organizado.
Hay algunas cosas que pueden facilitar el servicio. Teniendo la Cena del Señor antes del Sermón todos están frescos y disponibles para pensar y concentrarse en el gran banquete memorial. Tener la contribución después del sermón, esto lo separa de la Cena del Señor y hace posible un servicio más efectivo. Muchas veces las personas están mas animadas a dar después del sermón, y hemos aprendido que si varios vienen para ser bautizados, tu puedes tomar su confesión, enviarlos al cuarto de ropa para prepararse, y entonces tomar las colectas del Señor del día. Durante el tiempo que toma recoger las colectas, el predicador está en el bautisterio listo para bautizar. Sin movimiento perdido, ni pérdida de tiempo, claro no tiene sentido estar tan apurado.
Para ilustrar de que estoy hablando aquí está un ejemplo de ello. Años atrás un evangelista estaba en una reunión en una pequeña pero linda ciudad. La graduación de la secundaria fue a las 9 p.m. Por lo tanto el estaba ansioso por empezar el servicio a las 7:30 y terminar a las 8:30 para que las personas pudieran ir al servicio de graduación. El cantante coopero, el predicador predico por treinta minutos, y a las 8:25 la invitación fue extendida. Veinte personas vinieron al frente. En lugar de tomar la confesión de aquellos que vinieron para ser bautizados y enviarlos a prepararse para el bautismo, el predicador local hablo primero a los que vinieron para ser restaurados, y después de largas observaciones, hizo la oración. Luego toma la confesión de los que vinieron para ser bautizados y los envió a prepararse mientras la audiencia cantaba sentada y esperaba en silencio por el bautismo.
El predicador local tomó más tiempo manejando las respuestas que lo que tomo el sermón completo. Si solamente el hubiera usado un poco de sentido común el hubiera tomado la confesión de aquellos que vinieron para ser bautizados primero, enviarlos a prepararse, y luego mencionado los nombres de los que vinieron para ser restaurados, haber orado, y haberle pedido al director de cantos , cantar una estrofa de una canción apropiada, quizás “Oh que feliz día, oh que feliz día, cuando Jesús lavo mis pecados”, y para este tiempo hubieran habido algunos listos para ser bautizados.
QUE DIFERENCIAS HACE ESTO
Hay muchos que dicen, “¿Oh, qué diferencia hace esto? ¿Tú te sientas tres horas en un juego de futbol, por qué no tomar dos horas para el servicio de adoración?”. Cuando una pequeña madre tiene tres niños, y ella se levanta y los alista y los lleva a la escuela dominical, deja la casa a las 9 a.m. y los lleva a la escuela dominical a las 9:30, y después de la escuela dominical ella va a la adoración, y si ella es retenida por otras dos horas, ella habrá estado luchando cuatro o cinco horas con estos tres niños antes de regresar a casa de nuevo. Así que la pregunta es: “¿Vamos a regresar en la noche, y vamos a regresar para el miércoles en la noche?”. La verdad es, por no respetar el tiempo de las personas, fallamos en usar el sentido común, y fallamos en organizar nuestros servicios, llevaremos fuera a nuestra gente antes que solo un puñado regrese.
Tu puedes argumentar mucho, alargar los servicios y defenderlos todo lo que tú quieras, pero mientras lo haces, tus multitudes empezaran a disminuir y tu futuro será dañado.
ESTABLECIENDO UNA REPUTACIÓN
La congregación sabia, tiene ancianos, predicadores, y diáconos que saben el valor del tiempo. La congregación que establece una reputación de empezar y terminar a tiempo aumentara su membresía. Desafortunadamente en muchas escuelas de predicadores y en muchos de nuestros colegas cristianos, esto simplemente cae en tierra, básicamente, los principios del sentido común nunca son enseñados. Yo recomiendo si el predicador no sabe cómo organizar y facilitar un servicio, que el visite alguna congregación que haya desarrollado el arte, y vea cuan bellos y emocionantes son los servicios, y cuan maravillosa la asistencia.
Un factor importante en el crecimiento de la iglesia local es el reconocimiento del tremendo valor del tiempo. El servicio puede estar organizado y el tiempo puede ser respetado sin la perdida de efectividad y espiritualidad.
Unos años atrás en Madison tuvimos un predicador visitante. Nosotros le cedimos el pulpito como una cortesía, pues queríamos que nuestra gente lo viera y lo conociera. El tomo ventaja de la situación y predico una y otra y otra vez. Las personas que venían regularmente no esperaban tal cosa, ellos se agotaron y se desanimaron. Una señora detuvo a un anciano y dijo, “ustedes (los ancianos) han arruinado mi día y mi cena. Yo pensé que tendríamos un servicio como siempre, y puse mi horno con esto en mente. La próxima vez que tiren un truco como este por favor háganos saber, así que al menos no arruinaran nuestra cena ni nuestra día”.
Este predicador en particular tomo ventaja de la situación, pero él pudo haber sido mucho mas sabio para organizar sus pensamientos y presentarlos en el tiempo asignado. Siempre es mejor tener a la audiencia viniendo una y otra vez que llevarlos fuera el primer día y perderlos después de eso.
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