sábado, 9 de junio de 2012

Plantando iglesias (5): ¿Cómo identificar la iglesia del Señor?


Lección  5

Cómo identificar la Iglesia del Señor

Nuestro tema es, Cómo iniciar la Iglesia de Cristo en donde se encuentra. Si usted vive cerca de una congregación de la Iglesia del Señor ¡es maravilloso! Pero si usted vive en algún área donde no existe la iglesia, se necesita una allí. O si usted tiene que mudarse a un lugar donde no se encuentra la iglesia,  necesita  establecer una allí. Usted puede ser la persona que la inicie. Piense conmigo mientras consideramos muchas cosas que pueden conducirlo a esto.
            Para ayudar a profundizar el conocimiento, consideremos en este momento como identificar la Iglesia del Señor.
Queremos dejar muy en claro que usted puede definitivamente leer sobre la iglesia en la Biblia. No solamente esta allí, sino que puede ser identificada con absoluta claridad. Existen marcas de identificación que la distinguirá de los otros grupos religiosos. Por ejemplo, si usted es miembro de alguna iglesia, o si ve iglesias alrededor de usted, tome esas marcas de identificación que se encuentran en la Biblia  y compárelas con la iglesia o la iglesia de alguien más para determinar si  es la Iglesia de Cristo o una imitación.
Quizás quiera saber  que diferencia hay entre ser  miembro de una iglesia u otra. Quizás piensa que la iglesia no es importante, que no salva, y que alguien puede ir al cielo sin ser miembro de alguna iglesia. Eso suena bien y razonable, pero no lo es. ¿Por que tendría el Señor que construir una iglesia, aun dar a Su vida por ella, si no fuera importante, si una iglesia es tan buena como otra? Es verdad, la iglesia no es el salvador porque la iglesia esta conformada de los salvos, pero ya que Cristo es el Salvador de la iglesia, significa que una persona debe ser miembro de la iglesia que Cristo para ser salva e ir al cielo.

Vayamos directamente a la Biblia y estudiemos algunas de las marcas que identifican a la iglesia. Habrá muchas que usted podrá ver.

Los profetas de Dios hace mucho tiempo atrás hablaron de los días en que el Señor establecería Su reino o iglesia. Isaías dijo, Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.  Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”. (Is. 2:2,3)
Joel habló estas palabras, “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días” (Joel 2: 28,29)
Luego Daniel agregó, “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre” (Dn. 2:44) 
¿Qué estaban diciendo estos profetas de Dios? Estaban hablando  del momento en que se establecería el Reino Espiritual de Dios o la iglesia. Ésta seria edificada en Jerusalén y desde allí la palabra de Dios se esparciría al mundo entero. Vendría con el poder del Espíritu y nunca seria destruida, sino que permanecería para siempre. Esto se cumplió en Jerusalén (Hch. 2) cuando se estableció la Iglesia a través de la dirección del Espíritu Santo y desde allí el evangelio fue llevado al mundo. Aquel día se edificó la iglesia,  ha existido y se mantendrá por siempre.

Jesús dijo que Él construiría Su iglesia (Mt. 16:18), y así lo hizo con la ayuda de los apóstoles. Él había prometido enviar al Consolador, o Espíritu Santo, sobre ellos para y guiarlos a la verdad (Jn. 16:13). Justo antes de que retornara al cielo con el Padre, les dijo, “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. (Hch. 1: 8) Y así fue. 

Leemos en Hechos 2 que la iglesia fue establecida en la ciudad de Jerusalén. Como mencioné anteriormente, los profetas de Dios habían nombrado a la ciudad de Jerusalén como el lugar donde sería establecido el Reino del Señor o Iglesia. Se dijo también que la palabra del Señor saldría desde esta ciudad. Cristo dijo a Sus apóstoles “Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas” (Lc. 24: 46-48) Después que Pedro y los apóstoles predicaron a un gran número de personas en Jerusalén, y que estas preguntaron que deberían hacer, Pedro les dijo, “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hch. 2: 38). Aproximadamente tres mil personas obedecieron y el Señor añadió los salvos a Su iglesia.

También leemos en Hechos 2 que el evangelio fue predicado por primera vez   que la iglesia de nuestro Señor fue establecida en el primer Pentecostés después de la resurrección de Cristo. Pentecostés  se celebró el primer día de la semana y ocurrió aproximadamente en el año 33 d.C.

Los apóstoles recibieron el poder del Espíritu Santo para guiarlos en toda la verdad, haciendo posible que realizaran milagros para convencer a las personas que ellos eran de Dios, y para hablar en lenguas a las personas reunidas allí (Hch. 1: 8; Hch. 2: 1-4, 9)

La iglesia fue constituida por los salvos, debido a que Cristo añadió los salvos a la iglesia (Hch 2: 42, 47). Como tal era el cuerpo espiritual de Cristo, con Cristo mismo como su cabeza. Hablando de Cristo, Pablo dijo, “y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia”  (Col. 1:18). También, lea Ef. 1: 22, 23 y Ef. 5: 23.

La iglesia fue comprada con la sangre de Cristo, Pablo  dijo a los ancianos de la iglesia de Éfeso, “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hch. 20:28). Luego en otra ocasión, él dijo, “porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”  (Ef. 5:23). Si Cristo murió por la iglesia, y Él es su salvador, eso quiere decir que Cristo le atribuyó a ésta una gran importancia.

Se dice que Cristo es el fundamento de la iglesia. Después de que Pedro y los apóstoles confesaron que Él era el Hijo de Dios, Cristo respondió diciendo que iba a edificar Su iglesia sobre la verdad o la roca, la roca era Él mismo (Mt. 16:18). Pablo dijo, “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Co. 3:11). Pedro se refirió a Cristo como la piedra angular (1 P. 2: 1-8).

Tanto la iglesia como sus miembros llevan el nombre del Señor. La salvación no esta en ningún otro nombre (Hch. 4:12). Al referirse a las congregaciones que conforman la iglesia, estas son llamadas iglesias de Cristo (Ro. 16:16) La iglesia es conocida como la iglesia del Dios (Hch. 20:28) y con otros nombres descriptivos que honran al Señor. Sus miembros son llamados cristianos (Hch 11: 26; 26: 28; 1 P. 4: 16).

Las condiciones para ser admitido se declaran una y otra vez en el libro de Hechos,  al leer los diferentes casos de conversión. Al escuchar el evangelio, las personas creyeron en Dios y en Cristo, se arrepintieron de sus pecados, confesaron a Cristo como el Hijo de Dios, y fueron bautizados para el perdón de sus pecados (Hch. 2: 38; 2: 47).

Como cristianos, ellos adoraron al Señor, permanecieron fieles a Él con la promesa que Cristo volvería un día por Su iglesia (Ef. 5:27; 1 Tes. 4: 15-18).

Vemos así que la iglesia puede ser identificada con claridad en las Escrituras. ¿Cómo puede ubicar la iglesia del Señor hoy? Usando estas mismas marcas de identificación. Una iglesia puede proclamar ser del Señor, pero si no tiene estas marcas, no lo es. Si no hay una congregación de la iglesia en donde esta, usted puede empezar una enseñando la palabra de Dios y convirtiendo a otros.

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